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MARTINA, MATÍAS Y MACEDONIO

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MARTINA (4 años), me pregunta si lo de su papá, MATÍAS, es para preocuparse. Lo dice exactamente con esas palabras. Saussure, ¿vos decís que tengo que preocuparme? Claro que no, le digo, le explico todo, porque a veces creo que entiende más que nosotros. Que yo, seguro… Le digo la verdad y lo hago con un énfasis que no es deseable en la literatura, pero sí con los niños, con los que no hay que dejar nada por supuesto.
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Ella me dice que quiere ver a su papá, que hace dos días que no lo ve y que anoche soñó que un monstruo se la llevaba a ella y a él y quiere estar segura de que fue solo un sueño.
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Ahora no voy a decirle la verdad, no toda. No le diré que es el mismo monstruo que yo vi en la vigilia de dos horas frente a la puerta del quirófano.
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Ya habrá tiempo, y como es ella, será precozmente aprender la lección eterna del museo de la novela de Macedonio: que lo bonito no es igual a lo bello y que no todo es vigilia la de los ojos abiertos.
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13-11-2015…………………………………Marcelo Scalona