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MI REGALO de NAVIDAD 2015,
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es un presente griego, un sueño: estamos con papá en la vieja cocina de la calle Ayolas viendo «Grandes Valores del Tango» y el Polaco Goyeneche canta «La última curda», nuestro tango favorito. ¿Cómo son los sueños…? Nosotros teníamos un tevé Zenith, blanco y negro, pero bastante moderno. En el sueño, lo vemos en uno que jamás tuvimos: aquellos tevés tipo mueble, como un combinado con una pantallita adentro. Después, Claudia Mores canta «Uno» y Silvio Soldán, el conductor, dirigiéndose al invitado de la noche, Jorge Luis Borges, exalta la figura poética de Discépolo, autor de la letra y recibe una respuesta tan cruel como absurda. Borges le dice que no lo conoce, que no sabe quién o qué es Discépolo. Soldán, incrédulo, insiste y vuelve a quedar pagando… Borges repite que no sabe quién es Enrique Santos Discépolo. Cuando la escena realmente sucedió, yo era un niño y quedó así, pero como el sueño es ahora, anoche, y yo era grande, mi padre, con una aflicción que sólo nace de la ofensa, me preguntó si era cierto… si acaso era posible que Borges jamás hubiera leído a Discépolo. Y me desperté feliz.
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………25-12-2015………….. Marce.
en la foto, papá Oscar, mamá Amalia y mi hermano Oscar en brazos. Yo estaba en el porvenir.