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YO Y MI BRADER
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Como cuando era ese pequeño chimpancé de la foto, que responde al estímulo que hacían mis padres para que se me viera la cara en la película, estoy pasando una temporada de dormir un sueño sólido de 6 horas seguidas. Un REM sin pausa de 11 a 5 o de 12 a 6. Un turno de empleo sueco. Una exactitud asombrosa, como un tren del Eurailpass, aunque asimismo, tiene su resorte o alarma fatal a las 5 o a las 6. Un recreo extraño: hora de leer o escribir (estas misceláneas, notas), o bien, mirar por enésima vez un capítulo de Mad about you o de Two and half men, sin sonido. Pasado ese puente de insomnio, a las 6 o a las 7, duermo otra media hora en la que siempre tengo sueños dulces y bellos y como en la pausa duermevela leí estos versos de JAVIER HERAUD (Perú, 1942-1963): “Yo nunca me río de la muerte / simplemente sucede / que no tengo miedo de morir / entre pájaros y árboles “, soñé con mi padre, que él y yo veíamos la tele juntos y lo abrazaba y le acariciaba la espalda sobre sus pulóveres como su último año en que tenía tanto frío. Y como ahora estoy con mi hermano Oscar, que desde que no está mi viejo es mi padre y lo devociono igual y procuro estar con él mucho tiempo solo por eso, y ya que acabamos de bebernos dos Coronas (ya no estamos para ahorrar en Quilmes) junto a la pileta y los jardines de la casa de los padres, después de haber jugado a trampolines con Martina que a él le dice tío y a mí abuelino, le cuento del sueño de esta mañana para que se regocije con la luz prestada e imprecisa del sueño, la más real de todas. Pero todavía tendré otra alegría antes de los choripanes: mi hermano Oscar no conoce los versos de Heraud y a mí hace muy feliz poder enseñarle algo a él que me lo enseñó todo.
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……….23-ene-2016……………………………………Marce