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OLMO y UMBI
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Después de algunos cabildeos, se sientan en El Lido, un día perfecto de otoño, aunque ahora, como dice Matías Settimo, no es un día melancólico, es triste. Cafés cortos, cargados, la memoria de niño casi italiano de Umberto (sin H) trae la palabra ristretto, pero el mozo no le presta atención porque mira de la tele un partido de fútbol ajeno.
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Cuando el Umbi mire el tevé, en la próxima media hora preguntará cuatro veces, el día y la hora del partido de Rosario Central. Mañana sábado, 18 hs., le digo y lo repito. Mañana sábado, 18 hs.
– ¿Mañana sábado…?
– Sí.
– Mañana íbamos a ir al súper a la tarde con tu madre, a buscar el billete de lotería.
– Y bueno, vayan a la mañana…
– Vamos a ver qué dice ella, ¿el partido es a la tarde?
– Sí, a las seis…
– …
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Después de unos minutos, aburridos mirando esos partidos clones de fútbol, papá ordena los restos de la mesa con el esmero habitual que sería la envidia de Greenpeace. Quiere pagar la cuenta y entre los billetes saca del bolsillo el pasaje Sierras de Córdoba 35-ventanilla. Lindo número, dice, el pajarito y chista al quinielero. Luego dice: me olvidé la valija en casa. No, acá está papá –le digo- y se la muestro. Vamos. Entonces él empieza a indicarnos a mí y a Oscar, cómo haremos para mandarle a Córdoba la jubilación y unos alquileres. Allí me vuelve a preguntar por Mauricia, por el hotel y otra vez a qué hora jugará Rosario Central. Entonces llega Lisandro, su nieto, el hijo de Oscar, con su perro basset, y papá le dice su nombre al chico, pero no el primero, sino el segundo: Olmo, el que nos costó tanto ponerle en un Registro Civil que hasta tuvimos que ir a otra provincia. Cuando el Umbi lo besa, Lisandro apenas contiene el sollozo y papá pregunta:
–¿Por qué le pusieron Olmo…?
–Por la película, papá… -le dice mi hermano-. La película de Ermanno Olmi, «El árbol de los zuecos».
–Ah… dice el Umbi, con el asombro de un cabecita negra que recién se entera que murió Perón. Y agrega: ¿A qué hora juega Central mañana…?
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20-ABR-2016……………….Marce.