. La Navidad es un presente griego, un sueño: estamos con papá en la vieja cocina de calle Ayolas viendo “Grandes Valores del Tango” y el Polaco Goyeneche canta “La última curda”, nuestro tango favorito.
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¿Cómo son los sueños…? Nosotros teníamos un tevé Zenith, blanco y negro, bastante moderno. En el sueño, lo vemos en uno que jamás tuvimos: aquellos tevés tipo mueble, como un combinado con una pantallita adentro. Después, Claudia Mores canta “Uno” y Silvio Soldán, el conductor, dirigiéndose al invitado de la noche, Jorge Luis Borges, exalta la figura poética de Discépolo, autor de la letra y recibe una respuesta tan cruel como absurda. Borges dice que no lo conoce, que no sabe quién es Discépolo. Soldán, incrédulo, insiste y vuelve a quedar pagando… Borges repite que no sabe quién es Enrique Santos Discépolo. «No conozco, no conozco», repite: una letanía como la peor ceguera.
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Cuando la escena realmente sucedió, yo era un niño y quedó así, pero como el sueño es ahora, anoche, y soy grande, papá, con una aflicción que sólo nace de la ofensa, me preguntó si era cierto, si acaso era posible que Borges jamás hubiera leído a Discépolo.
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No sé qué le dije porque amo a los tres, sobre todo a mi viejo que ya está en el patio con el asado y silba la melodía de «Cambalache». Me desperté feliz.
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…………………………………………Marce.
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DOS HERMANITOS
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Aquella noche
volvió con el libro de Prévert
apretado al pecho
como si fuera su seno
lo usó de almohada.
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La incerteza de la dicha en bruto
para un hombre …
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LUZ
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El lugar no es oscuro, es sombrío.
Una luz cegadora te vuelve
demasiado visible
y deja de alumbrar.
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Hay que evitar el sol
en el cenit, su presente
omnímodo, sabelotodo
y …