. Recién volvía a casa en un taxi. Un viaje corto, 22 cuadras. La charla con el taxista derivó al comienzo del otoño, el clima benigno del equinoccio. Yo saqué el tema, un experimento: en la cuestión del clima opera la reminiscencia, el modo de saber o escribir de Proust con la madalena. . La charla fue por los carriles normales, semáforos, frenar en las esquinas y dar paso a los escolares. Faltaba poco para llegar a Ayolas y el chofer evocó una escarcha en Banfield: soy porteño, dijo. Tendría unos 65 años. El disparo del relato sucedió entre Maipú y Laprida, dijo: –Mi hermano mayor (el ladeo mínimo de la cabeza y un chasquido levísimo pueden ser que haya muerto o esté lejos), me pegaba un tinque en la oreja y entonces me daba cuenta del frío. Ese golpe seco en el lóbulo era como una cirugía.
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Ahí comienza el relato, en Banfield (donde fue la infancia de Cortázar), donde un hermano mayor (muerto o lejos, importa el afecto) le pega un tinque en la oreja a otro niño rumbo a la escuela mientras vadean un arrabal de zanjas cubiertas de escarcha. El frío habla de la ausencia, el calor, del presente. Los relatos del calor son eróticos, los del frío tienen más equinoccio. Pero todo empieza con algo del cuerpo, la vista de la zanja, el relumbrón de la escarcha y el relente que deja un tinque en la oreja.
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…………….21-3-17…………Marce.
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EL REVÉS
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Me gusta el frío
la ropa vieja
el Ejército de Salvación
el peronismo, la lluvia
y los perros de la calle.
El numero 17
la mujer renga del bar
donde me …
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EL MÁS CHINO DE TODOS
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El más chino
de todos los chinos
está frente a mi casa
en Tablada, domingo y mojado.
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Me imagino repositor
de un “argentino”
en las afueras …