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No sabe cuánto será.
Quizá empezó hace unos días
o comenzará ahora.
El tiempo de la escritura es subjetivo
limitado a un espacio de intemperie infinita.
Hace una hora que está pensando
nada concreto
haciendo limpieza
silencio, vacío de impulsos
buscando curiosidad
en algo ajeno, extraño.
Se irá la mañana
en pinturas de Odilon Redon
ideas de Agamben
o Mahler, que lloraba
cuando componía.
Aburrido, hace un poco de limpieza
porque no está seguro
si lo que vio junto a la salamandra
son cagadas de ratas o de palomas.
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Para escribir hay que esperar.
Es la preparación de una comida
de una cama,
un deseo que llama al vacío.
Una fábula que no altere
nada del pasado
y todo del futuro.
Un arte del recorte:
se lo vio hacer al sastre
a un jardinero en Pueblo Esther
y a su abuela que debía
alimentar un ejército de obreros
de la fábrica de pólvora
y bengalas del abuelo.
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Por ahora
no tiene más que esto
la preparación de un sitio
aunque ya sabe algo:
fueron las palomas.
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………………….Marce.
