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EL GABÁN
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Cuando me desperté
dije un nombre real que hacia la noche
regresará inventado.
A veces no podría decir
si los días sirven para otra cosa.
Ser feliz por sacar el gabán del ropero
y que no lo hayan comido las polillas
una mañana en que los obreros
mueren de un infarto
en el piquete, en vez de morir
peleando en la plaza
asaltando la casa de gobierno.
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Ya sé lo que es morirse:
es esperar lo que no llega
no luchar, mentirse y traicionar.
Yo me ahogué esta noche mientras dormía
se me retiró el aire con un dolor en el pecho
como si un edificio o el pie de un elefante
o Christine Lagarde me encerraran
en una pieza y me obligaran
a firmar el telegrama
de renuncia al trabajo.
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Volví a ver por un instante
lo que soñaba despierto
mis viejos, triciclos, mate cocido
multiplicación de los panes
en el granero del mundo
un patio, la bandera
sus nalgas, la playa, mechones rubios.
Limones, alfajores, echarpes
naranjas en la niebla
y un disfraz de Batman
tres partos, la biblioteca
y paz, pan y trabajo
para todos, y todas.
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Recordé que debía un libro de Urondo
a la biblioteca: «Del otro lado»,
imposible devolverlo, leyendo
me olvidaba de morir.
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Cuando me despierte
esta noche,
diré un nombre real
que mañana
regresará inventado.
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…………….Marce….

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