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Chile sin Ana

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CHILE SIN ANA.

Un anotador Muji
japonés, de bolsillo
20 kilómetros por día
Santiago con los pies
dos cerros
el Aconcagua
el río Mapocho
el Museo Bellas Artes
La Moneda
tres casas de Neruda
20 hoteles 7 estrellas
Dehesa Vitacura Las Condes Lo Curro
sin comas,
donde viven ellos,
los hijos de Pinochet.

Y una sola embajada, la nuestra,
que no ha querido irse a la montaña
sino estarse cerca de los graffitis populares,
la santería de Violeta, de Gabriela
de Lemebel, un pueblo triste, vencido, sumiso,

salvo el libro de Girondo
y el mayordomo Manuel,
un caballero de Parra que nos atiende.
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Él y Pumba, el golden
que corre por el jardín
alrededor de Andrea,
de Juan, de Joaquín.
Rafael, en cambio,
parece un capitán de mar y tierra;
Rafael Bielsa es un capitán de mar y tierra.
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Y yo aquí, sin Ana, mi diente de leche que jamás se cambia, un molar que no cede al ratón Pérez, como un jazmín perenne, si eso fuera posible, como viajar con ella, que nunca lo hice,
y no sólo me gustaría
sino que no me gusta viajar sin ella
con la que no he viajado nunca.

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Igual soy feliz, viajo con Fabián
y alguien nos espera
en un lugar donde todos me dicen
«Don Marcelo»,
debe ser un malentendido,
alguien les ha hecho creer que soy importante,
pero yo, mi pensamiento, está lejos:
estoy pensando si acaso
tengo un amigo mejor que Rafa.
.
En dos o tres momentos difíciles
de mi vida, incluso,
pensé si no era el único.
Es falso, injusto.
De hecho estoy con Fabián,
que cabe en los dedos de la mano.
Pero la verdad es que lo pensé.
Mis amigos (no son tantos)
lo entenderán.
Tonterías que se piensan
a punto de subir a un avión
sin Ana.
.
En Chile fui feliz
porque alguien me esperaba.
De ida, Rafa, de regreso, Ana.
Hablé con ellos todo el viaje,
con vos, digo…
«contigo», me corrije Manuel
(ellos hablan mejor el español, presume),
y entonces me da el libro de Girondo,
justo en el poema que dice que algunos hombres
se entretienen con el alpinismo,
que a otros les gusta el dominó
y que a nosotros nos encanta la transmigración.
.
Cierro el libro, preparo la valija
y ya estoy pensando para esta noche
en las chimeneas de Valparaíso
o en las de Lastarria o las del Barrio Martin en Rosario
con mi espíritu de gato
haré mi ronda nocturna
a poder ser con Fofi
en el balcón de Ana
frente al río Paraná
atlántico y pacífico.
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Marcelo Enrique Scalona