© 2024 Marcelo Scalona. All rights reserved.

Bengalas.

.

BENGALAS

.

A veces no estoy seguro de qué es lo que me apena.

Una sensación de que ya estuve aquí o muy cerca,

de que he sufrido en este lugar hace tiempo

y de que ahora estoy otra vez en el sitio

aspirando el mismo aire de entonces.

.

Días aciagos en que sólo puedo iluminarme

con bengalas.

Me tiro a mí mismo

unos cohetes pequeños entre las piernas,

unos fuegos artificiales para darme ánimo:

estrellita, buscapié, una candela voladora

y me paso el rato con ese pequeño milagro

de asombro y expectación.

.

Sube a la noche oscura

el dibujo de una libélula.

Lí – bé – lú – lá… Liz – ve – luz – allá

decía mi abuelo Benito

que trajo la pirotecnia de Nápoles

y fue seis veces a la China.

Descalzos en la arena

llenábamos las olas y la espuma

de peces dibujados

con volutas ambarinas en el aire de la noche.

Al final, él miraba sin ver y repetía,

emocionado y feliz: ¡peces voladores,

peces voladores!

y antes que la llama se fundiera en la espuma

de su mano áspera y abierta

[donde faltaban algunas falanges],

yo aprendí a reconocer

el contorno irisado y fugaz

del milagro de vivir.

.

.

Marcelo.

MAPA. Ed. Alción 2013