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LA FAENA DE BLOOM
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Dublín o Pueblo Esther
la faena de Bloom
es señalar los árboles fieles al otoño
y darles riego y escamonda. Leerles
en voz alta el poema de Cavafis
a Marco Antonio, mientras a los perezosos
devotos del verano, no dará
ni agua, como al enemigo.
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Bloom cambia la yerba del mate
echa el chorrito de whisky en el porongo
toma el antibiótico
y al primer acceso de tós
recordará a Ivan Illich
a Fabri, a Edgardo
a Valentín, sonreírá
por si acaso.
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Calienta el agua del termo
pide a doña Eulalia
en el almacén de Carriego
la garrafa nueva de diez kilos.
Otro poema de Cavafis esperando a “Gramsci”
el gato tordillo de aledaños toma la leche a las cinco
y a Bloom le gusta engatusarlo con los calcetines viejos
que trapea el jardinero los mosaicos.
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El gato ya sabe (Bloom no)
que es inútil querer atrapar las mariposas
sobre todo, las naranjas. Lo mejor es
dormirse al sol acariciando
el montón tibio y muelle que ronronea
de sus manchas y evita pensar en Bioy
prefiere a Silvina, la de Octavio
la de Alejandra.
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Y otra vez a cambiar la yerba
por las seis de la tarde
recoger temprano los aperos
evitando el rocío y la mojadura.
Que no vuelva la tós y si acaso volviera
recordar a Edgardo, a Fabri, a Valentín:
los tres Dédalus de Bloom:
el viejo, el joven, el niño.
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Y ya al irse, si por álea refrescara mucho
sonreirá al porvenir de todos
guardará los juguetes de la escritura
asegurará bien la tranquera
saludará con el brazo a los jornaleros
y acompañará a “Gramsci”
hasta la puerta de su casa.
Por fin sabrá dónde empieza la noche.
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16 de junio 2015…. (Bloomsday)…………………..Marce