© 2016 admin. All rights reserved.

Mi yo por defecto (2° parte)

.Vigil Marce

Mi yo por defecto  (2° parte)
.

.
(1) —6.15 AM. Lunes a viernes. Desayunaba seco y montaba en la bici para ir al laburo, en los tribunales provinciales: Juzgado de Instrucción Segunda. Hace 30 años yo era el único empleado que dejaba (con cadena y candado), una balón inglesa negra debajo de la escalera en el hall por Balcarce. Fue todo un trámite kafkiano que me lo autorizaran. Eso, y la barba, que un Fiscal (N° 4), me había pedido que me quitara.
Entonces vivía en un edificio Camp y Berca en calle Alem al 1300, en el 5° piso. Mientras tomaba mi desayuno de pie, bebido (le decía mi vieja a la infusión sola), todas las mañanas, en ese instante, se escuchaba un pequeño estruendo bélico: desde algún piso superior caía al toldo de zinc de la planta baja, un saquito de té, embebido, como un obús. O sea, había un ser humano, más arriba, al que le era más cómodo tirar el saquito de té usado por la ventana de la cocina (que daba al hueco del edificio), que hacerlo en su tacho de basura. Pero lo hacía con esa tenacidad y sincronía que sólo tienen los torturadores, ciertas máquinas y las cucarachas.
Hacer la pesquisa, como siempre, fue peor. Descubrí que una mujer (supongo), de otro piso, tiraba todos los días al toldo de zinc de planta baja, sus tampones usados, incluso, los más usados. Descubrí que a los niños de planta baja, que tenían una breve pelopincho en el patio, les tiraban huevos duros para que moderaran su alegría. Esto de los huevos duros, hace unos años, lo comprobé acá en mi terraza de Laprida. Las noches que hacemos fiestas literarias, también hay un vecino de enfrente que nos los tira cuando comenzamos a bailar después de las lecturas. Algo une misteriosamente al huevo duro en altura con la alegría de los niños y la poetagamia.
.
(2) Esta semana pude saldar una de las rémoras más pequeñas pero ominosas que me dejó la difamación de La Vigil en diciembre. Desde hacía 3 meses, un ser humano me reclamaba, con la misma tenacidad y sincronía del huevo duro en altura, que yo le devolviera un libro de geografía de secundaria, que por mi intermedio había donado hace años a La Vigil. Finalmente, después de soñarlo (pesadilla), pude conseguirlo y devólverselo. Y se lo llevó tan ofendido como si no se lo hubiese devuelto. Un libro sin ningún valor económico y un modesto valor educativo si se piensa en cualquier texto de enseñanza de esa guardería de adolescentes que es la escuela secundaria. Lo pagué $ 20.- en una mesa de saldo, usado, pero me debe haber costado miles en psicoanálisis.
Sería bueno que ahora que yo devolví el libro, Pedro González (señor feudal de Villa Diego) y Paladini, devolvieran las 34 hectáreas del camping de La Vigil, en Villa Gdor. Gálvez. Nueve (9) hectáreas de frente al río Paraná, pegadas a Rosario: 30 millones de dólares, me dijo un corredor inmobiliario a mano alzada.
.
(3) Varios docentes y exdirectivos de Vigil declararon en las querellas de Lesa Humanidad de la entidad, anexas a la Causa Feced (que redacté, firmé y procuré junto con el Dr. Marcelo Abaca), que Alcides Telmo Ibarra (alias Rommel, lugarteniente de Feced en Vigil), muchos años después del terror (en 1995 seguía trabajando como policía de Santa Fe en la Jefatura de Policía de Rosario), cuando los veía en algún lugar (una ex vice directora recordó la escena en un supermercado), les decía de un modo imperativo y amenazante el nombre y apellido, pero lo hacía en el modo “tomo lista”, o sea, primero el apellido y luego el nombre, y a continuación les decía el número de legajo y actividad en la entidad.
Ibarra (Rommel), aún (por ahora) sigue preso condenado por muchas causas de lesa humanidad, entre ellas, las 8 querellas de Vigil. La de Genocidio Cultural, tiene 100 páginas y está inscripta en la Dirección Nacional de Derechos de Autor.
.
(4) Por todo esto, para celebrar que pude devolver el libro de geografía, y como antídoto a la entrega de los Oscars, esta noche volveré a ver el film CACHÉ (Escondido) de Michael Haneke, que muestra como nadie uno de los lados más oscuros del ser humano: la maldad que sale de lo trivial, el absurdo destructivo que viene de la tontería. La perversión finísima de tirarle huevos duros a unos niños en la pelopincho. El mal como la historia de un idiota (yo), contada por él mismo.
.
.
……28 feb 2016……………………..MaRCe.