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ENTONCES
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Para los niños no hay diferencia entre lo que sucede, lo que parece y lo que aparece. Tampoco tienen una idea unívoca de la realidad ni del tiempo… Para ellos el tiempo es una referencia, lo presente está acá, pero lo ausente no es un vacío sino una presencia de otro modo (reflejo, huella). Los adultos tratamos de entender eso, incluso de vivenciarlo de esa manera, pero en la infancia es natural, se toma sin esfuerzo. Martina tenía 2 años y medio (la foto es exactamente de hace 3 años) y había comenzado a usar el adverbio de tiempo ENTONCES. Creo que intuitivamente se daba cuenta del poder de esa palabra que permite una especie de puente suspensivo para pensar o esperar o hacer dos cosas al mismo tiempo. Por ejemplo, ella la usaba para hablarte de espaldas, mirar a la calle y mientras tanto seguía jugando. En esa habitación (el living) nosotros ya habíamos puesto la cama de enferma de mi vieja y la niña comenzaba a usar el entonces… ¿qué le pasa? ¿me vas a hablar? ¿cuándo vuelve?… Marce